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Al final de la calle de San Francisco, ya en el límite final del Barrio Húmedo, tenemos una pequeña calle, a la izquierda, que une esta calle de San Francisco, con la calle que baja de la Rúa a la Iglesia del Mercado, la calle Herreros.
Es una calle estrecha, no peatonalizada (por lo que debemos tener cuidado con los coches) y bastante deteriorada.
A lo largo de toda la calle no encontramos ningún tipo de establecimiento comercial o de hostelería.
Parece ser, al igual que le ocurre a otras muchas calles, que el origen de su nombre viene por albergar en esta calle o alguna adyacente a ella un hospicio donde se dejaban abandonados a los niños.
Es un calle de entrada para algunos peregrinos que vienen de la zona nueva de la ciudad, ya que nos conduce, prácticamente de forma directa, al albergue del peregrino, sito en la Plaza del Grano, en el convento de las Carbajalas.
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