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Uno de los productos más típicos y mejor promocionados de la provincia de León (gracias a personas como Don Luis del Olmo y otros bercianos de pro), es el Botillo del Bierzo.
El origen, según relatan los escritos de los monasterios bercianos, es por la gran abundancia de cerdos que había en esa zona. El término botillo deriva del latin ' Botellus'con el significado de salchicha, morcilla o chorizo pero también intestino, es decir la tripa del cerdo en la que se embute.
Apicio recoge en el capitulo V de 'De re coquinaria' la fórmula del botillo, lo que demuestra el origen romano.Tras el descubrimiento de América, en el siglo XVII se inició en el Bierzo el cultivo del pimiento, lo que supuso la incorporación del pimentón al botillo como uno de sus ingredientes más importantes.
La primera definición del Botillo del Bierzo conocida se debe a D. Antonio Fernández y Morales. En su libro «Ensayos poéticos en dialecto Berciano», de 1861, lo define como «tripa ancha y corta llena de huesos y carne de cerdo adobados con mucho pimiento, que hacen para la matanza»." Existen numerosas referencias durante el siglo XX a las bondades culinarias del botillo del Bierzo y a la costumbre de su consumo, fundamentalmente en los días de fiesta. En la actualidad el botillo sigue siendo un plato estrella en los festivales, fiestas y jornadas gastronómicas que se celebran en el Bierzo.
El Botillo es un producto cárnico que se elabora con piezas procedentes del despiece de los cerdos, y así aprovechar todo los que antes tenía poco aprovechamiento. Estas piezas son las costillas, el rabo, la carrillera, la lengua, paletas y espinazo. Todas estas piezas tienen hueso y junto al hueso carne. No se quita toda la carne del hueso, sino que se mezcla todo junto. Estos huesos con carne se pican en trozos regulares de unos 5 ó 6 centímetros. Se introducen en un recipiente llamado artesa y se adoban. En el adobado se emplea pimentón dulce y picante (se recomienda que pique un poquito), ajo picado, sal, aditivos autorizados y demás especias naturales. Los botillos caseros pueden llevar algún que otro ingrediente particular, como puede ser un poco de orégano, por ejemplo.
Una vez hecha esta mezcla, se deja que todos los ingredientes "se empapen" bien del adobo (unos o dos días) y luego se procede a embutir en la tripa correspondiente (tripa gruesa) y se le va dando esa forma tan característica que tiene el botillo.
Al igual que para hacer chorizos o cualquier otro tipo de embutido en tripa, se debe embutir bien prensado y sin dejar nada de aire en la tripa para que no de lugar a que estropee el producto.
Luego el botillo se cuelga en un secadero o lugar donde sepamos que no cambian las condiciones de temperatura y humedad, y se deja secar hasta que merma, aproximadamente, un tercio de su tamaño y sirve también para que el Botillo tome mayor consistencia.
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